Un gran jurado federal acusó, el 6 de noviembre, a dos hombres en Puerto Rico por un robo a mano armada contra una familia que es dueña de un restaurante en Bayamón.

En un comunicado de prensa, la Fiscalía federal identificó a Alexander Sánchez Morales y Bryan Merced Bigio como los acusados por los hechos reportados el pasado 10 de octubre.

Los cargos alegan que ambos siguieron a una mujer con sus dos niños pequeños hasta la residencia, que ubica en los altos del restaurante. Agregan, también, que, al llegar allí, “forzaron su entrada a la residencia y agredieron al esposo en la cabeza con un arma de fuego automática”.

Asimismo, el pliego indica que los acusados robaron cientos de dólares del negocio del restaurante antes de escapar ante la llegada agentes de la Policía de Puerto Rico.

Los oficiales fueron alertados a eso de las 9:20 de la noche y, al llegar, vieron a dos sujetos vestidos de negro y con máscaras que corrían desde el edificio, según una querella federal radicada antes de la acusación del gran jurado.

Ninguno se detuvo tras recibir el comando de los policías y corrieron en direcciones separadas. De esta manera, inició una persecución a pie con un agente estatal y otro de la Policía Municipal detrás de Merced Bigio, mientras que otro oficial estatal seguía a Sánchez Ramos.

Al ver que tenía un arma de fuego, el oficial estatal le gritó a Sánchez Morales que lanzara el arma, lo que hizo y otro policía ocupó la misma. No obstante, el sujeto continuó corriendo hasta que fue encontrado escondiéndose detrás de un vehículo en la calle Sierra Bayamón.

Al ser registrado, le ocuparon un teléfono, una cartera con identificaciones y aproximadamente $320 en efectivo. El arma de fuego fue descrita como una pistola Glock, Modelo 17 Gen 5, calibre 9mm con el número de serie BTNF834 y que estaba alterada ilegalmente para disparar de forma automática. También tenía un cargador extendido con 24 balas.

La denuncia indica que, durante el camino, Sánchez Morales “espontáneamente dijo palabras como que a veces se pierde y a veces se gana y que había perdido. Afirmó además que la pistola era totalmente automática y que la había disparado anteriormente”.

Por su parte, Merced Bigio fue capturado por otro oficial en la avenida Gilberto Concepción de Gracia.

Posteriormente, Sánchez Morales admitió los hechos de forma oficial, añadiendo que había comprado el arma por $1,300 y que habían vigilado el lugar del asalto desde un vehículo robado que era conducido por una tercera persona, de la cual no se ofreció información adicional.

Ambos acusados enfrentan cargos por interferir con el comercio interestatal y portación de un arma de fuego en un delito violento.

“El robo a mano armada presuntamente cometido por estos individuos fue una invasión horrible a una vivienda que sembró el miedo en la comunidad”, indicó el fiscal federal Sptephen Muldrow, en declaraciones escritas.

“Combatir los crímenes violentos es una de las principales prioridades de las agencias federales de aplicación de la ley en Puerto Rico. No hay nada más importante que proteger a nuestras comunidades y mantener a los ciudadanos respetuosos de la ley seguros en sus propios hogares”, afirmó.