Los primeros testimonios recogidos por el Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de San Juan hasta el momento sostienen la versión original sobre el desarrollo de los hechos relacionados al asesinato de cuatro empleados en la empresa Rodríguez Plumbing en Puerto Nuevo, San Juan.

La teniente Idamaris Morales Laurido, directora de la División de Homicidios del CIC de San Juan, indicó que ya han entrevistado a varias personas que estaban en las instalaciones de la compañía al momento de los hechos, reportados en la mañana del 27 de enero.

“El lunes hubo varias entrevistas. Ayer también hubo dos y toda la semana habrá dos entrevistas. La semana que viene será con las familias de las víctimas”, explicó Morales Laurido. “Hasta el momento, (se mantiene) lo que ya teníamos”.

Sin embargo, señaló que con relación a la “motivación o un por qué (del crimen), no surge información adicional para compartir” tras las entrevistas realizadas al momento.

“No ha surgido nada, como de amenazas, ni nada de ese tipo de información”, abundó la oficial.

Las víctimas fueron identificadas como Ángel Edgardo Rodríguez Torres, de 38 años, vicepresidente e hijo del dueño; Alvin Cardona Ríos, de 31 años y director de Recursos Humanos; y dos empleadas de contabilidad; Nanette Z. Arriaga Pérez, de 61 años; y Angilianna Franki González, 24 años.

Las versiones bajo investigación apuntan a que, tras una reunión en una oficina, fueron baleadas por el contable Luis H. González Torres, de 58 años y empleado de la empresa por más de 20 años, quien se privó de la vida en el lugar.

Morales Laurido indicó que las declaraciones de los los empleados interrogados mantienen el relato de que “no se escuchó discusión y que escucharon las detonaciones”.

Asimismo, confirmó que uno de los entrevistados dijo que vio cuando González Torres “llegó hasta la oficina del dueño” de la empresa, “observa (que), no hay nadie, y posteriormente se retira, y se escucha otra detonación”.

Morales Laurido dijo desconocer, por ahora, si en ese momento González Torres le habría expresado algunas palabras al empleado que lo vio.

En entrevista con El Nuevo Día al día siguiente de los hechos, el director del CIC de San Juan, el inspector Edwin Figueroa, indicó que del análisis inicial de la escena se desprende que había algún tipo de “premeditación”.

Destacó que en la escena levantaron 18 casquillos de bala y que González Torres tenía dos armas de fuego con sus respectivos cargadores, para las cuales tenía licencia, así como cargadores adicionales en un bulto dentro de la oficina, y otros dos peines en un auto de la compañía que tenía asignado.

“La experiencia nos dice que cuando llegas con esa cantidad de armas y municiones es que tienes alguna premeditación de lo que vas a hacer”, expuso Figueroa.

“Él disparó las dos armas armas de fuego”, afirmó Figueroa, quien entiende que las víctimas no tuvieron oportunidad de escapar o de defenderse. “Es una oficina sumamente pequeña. No tenían otra forma de salir que no fuera por donde él estaba. Entendemos que él los sorprendió, sin mediar palabra”.

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