Mientras, la Policía informó que el hombre de 89 años que ocasionó el accidente “no está capacitado para conducir”
Mientras, la Policía informó que el hombre de 89 años que ocasionó el accidente “no está capacitado para conducir”
26 de diciembre de 2024 - 6:19 PM
Actualizado el 26 de diciembre de 2024 - 6:57 PM
Fajardo - Como un niño alegre, curioso, de corazón noble y dispuesto a ayudar a quien lo necesitara, Gloria Meléndez recordó este jueves a su único nieto, Diego José Aponte, quien falleció luego de ser arrollado en el patio de un amigo de la familia, durante la celebración del día de Navidad.
“(Era) bien jovial, se daba a querer. He visto las muestras de cariño de tanta y tanta gente, él llegó a tantos corazones. Era un niño especial porque a Diego le dio un derrame, en la barriga de su mamá, antes de nacer, y es un milagro. Yo vivía para sacarlo a flote y que él fuera independiente”, dijo Meléndez, sin poder contener las lágrimas, desde el lugar donde el pequeño fue impactado en el barrio Las Croabas de Fajardo.
Meléndez relató que el pequeño de siete años pidió, como regalo navideño, un soplador de hojas (conocido como “blower”) como el que utiliza su abuelo en trabajos de jardinería. Estaba ilusionado porque irían a la casa de José Luis Castillo, donde su abuela trabaja hace más de una década, y podría utilizar su regalo porque había muchas hojas.
Pasado el mediodía, el niño jugaba con su “blower” cuando un Hyundai Venue verde, del 2021, subió la cuesta de la residencia –ubicada en la calle Medusa– y, en vez de frenar, aceleró, dejando al pequeño pillado entre dos vehículos, lo que le ocasionó la muerte en el lugar.
“No lo vi, pero sí oí un estruendo. Él chocó una guagua que yo tengo, se metió entre la guagua y la casa y pilló al muchachito entre los dos vehículos. Eso fue lo que pasó, mientras el nene jugaba con su juguete de ‘blower’”, relató Castillo, de 90 años, a quien Diego José visitaba a diario.
Los entrevistados indicaron que las personas presentes en la escena utilizaron un gato hidráulico para levantar el vehículo que estaba estacionado y lo cargaron hacia el lado para liberar al niño. Llamaron una ambulancia, pero la unidad más cercana se encontraba en Río Grande, por lo que optaron por llevarlo al hospital en el carro de su abuela. Pese a que la mamá de Diego José, Amanda Velázquez, intentó reanimar a su único hijo, un médico certificó su muerte.
“Un nene de siete años es un ángel, él quiere ayudarte en todo. A mí me decía que me iba a ayudar con el bastón. Es triste. Yo hubiera deseado irme yo, porque yo ya he vivido bastante, él no había vivido”, expresó Castillo, entre lágrimas, por la muerte de quien consideraba su nieto.
La abuela materna de Diego José –quien cumplió años el 12 de noviembre– compartió que aún intenta descifrar cómo vivirá sin su nieto, al que diariamente cuidaba, llevaba a la escuela y a sus terapias para el desarrollo de uno de sus brazos. Aunque sea difícil, aseguró que continuará cuidando de Castillo.
“Hasta el día que él se vaya, si yo no me voy antes, (vendré) todos los días porque a él yo no lo voy a dejar tampoco. Venir aquí ahora va a ser más duro, pero yo no lo voy a dejar a él. Yo sé que Diego va a querer que yo lo cuide. Diego era un niño bien especial”, acentuó.
El lugar del accidente –que quedó marcado con una mancha negra en una pared y con bloques rotos y una verja doblada– también fue escenario de otro accidente que ocasionó el mismo conductor de 89 años. En esa ocasión, en 2023, el vecino chocó dos vehículos, propiedad de Castillo, pero afortunadamente no hubo daños a personas.
La Policía informó que el accidente que cobró la vida de Diego José ocurrió después que el octogenario, presuntamente, sufrió un percance de salud, por lo que se reclasificó el caso de “accidente fatal” a “incidente desgraciado”.
El capitán Elvis Zeno, del Negociado de Tránsito de la Policía, indicó que el conductor “se desorientó. No es la primera vez. Ha tenido accidentes en varias ocasiones. Ha entrado a esa residencia antes pensando que es la de él, porque vive al frente”.
“No está capacitado para conducir”, agregó.
Tanto Meléndez como Castillo y otros vecinos del área enfatizaron a El Nuevo Día que el niño estaba en un área segura, en el patio de la residencia, y bajo la supervisión de su familia.
“Esto no es un sitio para transitar los carros, el que viene es porque conoce y siempre tiene que venir con sus precauciones”, destacó la abuela del menor.
Aunque no hubo intención en el desenlace del incidente, las autoridades aún evalúan si formularán algún cargo contra el octogenario.
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