Simón de la Cruz Paredes, de 56 años, y Saúl Enrique José de la Cruz, de 39 años, deberán cumplir dos años de prisión y dos años de libertad supervisada
Simón de la Cruz Paredes, de 56 años, y Saúl Enrique José de la Cruz, de 39 años, deberán cumplir dos años de prisión y dos años de libertad supervisada
22 de noviembre de 2024 - 9:20 PM
La jueza de distrito federal Aida M. Delgado Colón sentenció a dos años de prisión y dos años de libertad supervisada a dos ciudadanos dominicanos que se declaron culpables de contrabandear anguilas desde Puerto Rico.
La Fiscalía federal sostuvo, en declaraciones escritas, que Simón de la Cruz Paredes, de 56 años, y Saúl Enrique José de la Cruz, de 39 años, “pasaron meses capturando anguilas americanas juveniles, también conocidas como angulas, en los ríos de los alrededores de Levittown, en Toa Baja”.
Una vez capturadas, sostuvo la Fiscalía federal, las mantuvieron vivas con un sistema de oxigenación hasta que, el 21 de febrero de este año, fueron enviadas rumbo a la República Dominicana en una embarcación que contenía 66 libras de anguilas, una pistola y 850 municiones.
Según la agencia federal, Paredes y De La Cruz declararon que pretendían vender los animales en su país natal, para luego ser enviadas a Asia. La Guardia Costera interceptó la embarcación, pero el navío no se detuvo, razón por la que los oficiales ordenaron disparar para inhabilitar los motores.
Tras ser acusados, Paredes y De la Cruz se declararon culpables de contrabando de anguilas y de tráfico ilegal de fauna y flora silvestres, al amparo de la Ley Lacey. La Fiscalía federal añadió que las anguilas juveniles tenían un valor de sobre $132,000 que podría haber ascendido a más de $1 millón una vez se convirtieran en adultas.
“El tráfico ilegal de vida silvestre amenaza la supervivencia de muchas especies en peligro de extinción”, expresó William Stephen Muldrow, el jefe de la Fiscalía federal para el Distrito de Puerto Rico.
“Las anguilas juveniles americanas pueden comercializarse legalmente, pero también son objeto de caza furtiva y tráfico internacional”, declaró, por su parte, el director adjunto Edward Grace, de la Oficina de Aplicación de la Ley del Servicio de Pesca y Vida Silvestre federal.
“Está claro que estos acusados no se detendrían ante casi nada en la persecución de sus actividades ilegales, que perjudican a los recursos naturales y a las economías. La condena de estos individuos pone de relieve la eficacia y persistencia de los investigadores, que trabajan incansablemente para hacer justicia”, agregó.
De acuerdo con el comunicado del Ministerio Público, “la anguila americana es una especie originaria del este de Estados Unidos y el Caribe”.
Añadió que “se reproduce en sistemas de agua salada y madura en sistemas de agua dulce (fluviales). Los huevos de anguila americana eclosionan en el sargazo en el océano Atlántico, después de lo cual las corrientes oceánicas transportan a las anguilas juveniles a lo largo de la costa este de América”.
“Luego, las fluctuaciones de las mareas arrastran a las anguilas a los sistemas fluviales de agua dulce, incluidos los ríos de Puerto Rico, después de lo cual migran río arriba. En esta etapa juvenil, durante la cual las anguilas son transparentes y miden aproximadamente de dos a tres pulgadas de largo, se las conoce como ‘angulas’ o ‘anguilas de cristal’. Después de que la anguila madura, regresará al mar para desovar”, detalló.
La Fiscalía federal apuntó que las anguilas americanas no se han criado con éxito en cautiverio. Por tanto, el mercado comercial se concentra en la fase juvenil.
Abundó que, una vez capturadas, las angulas generalmente se venden a instalaciones acuícolas en Asia, donde se crían hasta convertirse en adultas y se venden para sushi y otros alimentos.
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