Un inspector forense de la Administración de Servicios Generales (ASG) que examinó la guagua presuntamente conducida por Mayra Nevárez Torres al momento de provocar el accidente que culminó en la muerte de Justin Santos Delanda encontró “latas de cerveza vacías” y una botella de licor Cointreau en el interior del vehículo.

Arnaldo Vázquez González, de 59 años, indicó este jueves que inspeccionó la guagua Hyundai Tucson color gris el 23 de noviembre de 2021, dos días después de que fuera ocupada tras el accidente donde falleció el hermano del reguetonero Arcángel y en el que otro joven, Keven Monserrate Gandía, resultó gravemente herido en el puente Teodoro Moscoso.

En el cuarto día del juicio contra Nevárez Torres, celebrado en la sala 1007 del Tribunal de San Juan ante la jueza superior Wanda Cruz Ayala, el testigo precisó que las latas de cerveza vacías se encontraban en la “puerta izquierda delantera, del lado del conductor” y que la botella de licor estaba en la consola de la guagua.

“(Me llamó la atención) unas latas de cerveza que están vacías, se utilizaron... y una botella de licor Cointreau”, expresó Vázquez González cuando el fiscal Luis David Valentín Córdova le preguntó qué le había llamado la atención al momento de inspeccionar la guagua.

Posteriormente, en el contrainterrogatorio a cargo del licenciado Ramón Nevárez Ortiz, uno de los representantes legales de Nevárez Torres, el testigo indicó que no sabía quién puso las latas de cerveza vacías dentro de la guagua, ni qué había pasado con el contenido de las mismas, si alguien se las tomó, o en qué momento se colocaron.

En cuanto a la inspección de los cuatro vehículos involucrados en el accidente, incluyendo la guagua Hyundai Tucson, Vázquez González dijo que su trabajo era determinar si tenían alguna falla mecánica. En esa línea, el testigo agregó que, en base a lo analizado, todos los vehículos se encontraban “en buenas condiciones mecánicas”.

“Se destrozó el sistema de frenos (del Can-Am) por el impacto que recibió... También, el piso del Can-Am quedó destrozado”, agregó el testigo de la Fiscalía de San Juan, mientras era observado por la acusada, quien, al igual que los días previos de juicio, ha utilizado en sala una mascarilla que cubre gran parte de su rostro.

Tras culminar el turno de la Fiscalía y la defensa, Cruz Ayala le hizo unas preguntas al testigo, siendo la primera si estuvo solo al momento de realizar la inspección en el lote de la División de Patrullas de Carreteras, a lo que este respondió en la afirmativa. “Estaba solo. Hay veces que va un guardia, si necesito ayuda con algunas llaves”, contestó.

Posteriormente, la jueza le preguntó cómo estaban los vehículos cuando llegó a realizar la inspección y si estaban sellados con alguna cinta para evitar que nadie más abriera los mismos. Ante esto, el testigo respondió: “No había ninguna cinta amarilla (de escena del crimen). No había ninguna cinta. No tuve que remover nada”.

Tras culminar el testimonio de Vázquez González, la Fiscalía de San Juan llamó a declarar a la enfermera Jarell Marie Acevedo Nazario, quien laboraba en el Hospital Universitario Dr. Federico Trilla en Carolina, y confirmó que la acusada fue atendida la madrugada de los hechos en la mencionada institución.

“Pude notar que (Nevárez Torres) tenía los ojos rojos y tenía olor a alcohol. Se entendía perfectamente lo que estaba contestando”, dijo Acevedo Nazario, quien posteriormente indicó que la acusada “tenía la lengua pesada”. “Se le entendía (lo que estaba diciendo), pero tenía la lengua pesada”, insistió la testigo a preguntas de la Fiscalía.

Acevedo Nazario narró que la acusada fue ubicada en el cubículo I-9, y que, como parte del procedimiento, se le tomó, a las 4:42 a.m. del 21 de noviembre de 2021, una muestra de sangre para medir el nivel de alcohol alcohol. Acevedo Nazario añadió que Nevárez Torres, presuntamente, accedió a la toma de la muestra, pues se le preguntó y Nevárez Torres dijo que “estaba bien”.

“Firmó el documento consciente. Estaba ubicada en tiempo y espacio. Estaba en la camilla... Estaba orinada”, reveló la testigo.

“Aproximadamente una hora después, paso a hacer rondas y voy donde la paciente para ver si estaba bien. Ella me contesta que sí. Le pregunto si sabía lo que había ocurrido y ella me contestó que iba de camino para su casa y que luego pasó un revolú. Luego de eso, me indica que se quiere ir porque tenía un trabajo nuevo en área marítima y empezaba a las 8:00 a.m., lo cual yo le respondí que todavía no se le había dado de alta, que no se podía ir”, sostuvo.

Tras culminar el interrogatorio, la defensa asumió su turno y le realizó una serie de preguntas a la enfermera enfocadas en tratar de establecer que la versión que ofreció no era compatible con lo que había dicho en una vista de supresión de evidencia sobre la prueba de alcohol en la sangre y la declaración jurada que prestó ante la Fiscalía.

Por su parte, Xavier Rivera, un enfermero generalista en el hospital de la UPR en Carolina, indicó que estuvo presente cuando se le tomó la muestra de sangre a la acusada. “Mayra se mostró cooperadora, no mostró resistencia mientras le tomaban la muestra”, indicó el tercer testigo en declarar este jueves.

Al igual que Acevedo Nazario, Rivera indicó que había un “fuerte olor de alcohol que provenía de la paciente”. Cuando el fiscal Jesús Torres González le preguntó cómo se percató del olor a alcohol, el testigo respondió que “la mascarilla que se utilizaba en ese momento (en medio de la pandemia del COVID-19) era quirúrgica, que no tenía sellado, por lo que los olores pasan”.

En tanto, Gina Encarnación, otra enfermera que laboró en la sala de emergencias del hospital, confirmó que fue ella quien tomó la muestra de sangre a la acusada. “Me facilitó el brazo, sin ninguna objeción y yo le tomé la muestra”, mencionó Encarnación.

“Le pregunté su nombre, la fecha del accidente, y ella se mostraba bastante alerta porque me pudo responder todo, según lo que le estaba preguntando... La voz era lenta. Respondía las preguntas, pero las respondía de manera lenta y poquito pesada de la voz. No es con la misma fluidez con la que estoy hablando ahora mismo o que habla cualquier persona”, dijo.

Sin embargo, el licenciado Ramón Nevárez Andino, otro representante legal de la acusada, llevó a la testigo a aceptar que no había un consentimiento escrito de Nevárez Torres autorizando la muestra.

“Usted no tiene orden judicial ni orden médica... y lo cierto es que, usted, como enfermera, no puede intervenir con ningún paciente si no media una orden médica”, indicó Nevárez Andino.

Pero la testigo dijo que no necesitaba la orden.

Por su parte, Carmen Santos, madre de la víctima en este caso, reaccionó a la línea de preguntas de la defensa referente a las latas de cervezas y botella de licor halladas en la guagua. “Quieren desaparecer hasta botellas, pero las pruebas están ahí”, indicó a la prensa.

Por su parte, la defensa declinó emitir expresiones sobre los planteamientos esbozados por la madre de Santos Delanda.

Mientras, el fiscal Edmanuel Santiago Quiles indicó que “el Estado no siembra ningún tipo de evidencia”, cuando se le preguntó sobre si surge alguna duda referente a la prueba hallada en el interior de la guagua al no ser sellada luego de que se ocupó.

La muerte de Santos Delanda se reportó a las 2:32 a.m. del 21 de noviembre de 2021 cuando Nevárez Torres, supuestamente, impactó con su guagua Hyundai Tucson el Can-AM que conducía Santos Delanda, de 21 años, junto a Monserrate Gandía por el puente Teodoro Moscoso.

A consecuencia del impacto, Santos Delanda y Monserrate Gandía salieron expulsados. Santos Delanda murió en la escena, mientras que Monserrate Gandía sufrió heridas graves y fue trasladado al Centro Médico en Río Piedras.

Según la pesquisa de la Policía, que se sustenta con las grabaciones de las cámaras de seguridad del puente, Nevárez Torres, presuntamente, invadió el carril contrario e impactó el Can-Am por la parte frontal. A Nevárez Torres se le realizó una prueba de alcohol en la sangre y arrojó .29%, según los resultados.

Por estos hechos, la Fiscalía de San Juan formuló, el 17 de diciembre de 2021, un total de seis cargos contra Nevárez Torres por violaciones a la Ley de Vehículos y Tránsito, manejar un vehículo de motor bajo los efectos de bebidas embriagantes y negligencia temeraria.

Tras examinar la prueba, la jueza Iraida Rodríguez Castro, del Tribunal de San Juan, determinó causa para arresto y le fijó una fianza de $300,000. Sin embargo, Nevárez Torres quedó bajo supervisión electrónica luego de que la fianza fuera diferida por el Programa de Servicios con Antelación a Juicio (PSAJ).

Durante el proceso de vista preliminar, a finales de julio de 2023, se suscitó una controversia en el caso luego que la jueza Nerisvel Durán Guzmán determinó suprimir como evidencia la prueba de sangre que se le realizó a Nevárez Torres como parte de la pesquisa.

Sin embargo, el Departamento de Justicia apeló la determinación de la jueza y radicó un recurso ante el Tribunal de Apelaciones, quien finalmente revocó el fallo. Sin embargo, la defensa de la acusada, insatisfecha con la decisión, elevó la controversia al Tribunal Supremo de Puerto Rico.

A raíz de esto, el máximo foro judicial emitió el 23 de enero de 2024 un “no ha lugar” a la moción de certiorari radicada por la defensa a los fines antes mencionados. Sin embargo, la defensa solicitó una reconsideración a la decisión, por lo que la Corte Suprema emitió el 12 de marzo de 2024 otro “no ha lugar”.

El 15 de marzo de 2024 venció el término para que la defensa de Nevárez Torres presentara una segunda reconsideración ante el Tribunal Supremo. Por ende, el 18 de marzo de 2024, el secretario de Justicia, Domingo Emanuelli Hernández, anunció al país que la Fiscalía de San Juan podía utilizar la prueba de alcohol.