El juicio contra Mayra Nevárez Torres, acusada de provocar la muerte de Justin Santos Delanda, hermano del cantante urbano Arcángel, al presuntamente conducir contra el tránsito en estado de embriaguez, arrancó hoy con el testimonio de un conductor que presenció la trágica escena en el puente Teodoro Moscoso, en San Juan.

El instalador de rótulos Efraín Méndez Figueroa, de 40 años y vecino de San Juan, narró que la madrugada del 21 de noviembre de 2021 salió de su hogar rumbo al Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, en Carolina, para recoger a su hija, cuyo vuelo estaba programado para arribar a la 1:30 a.m.

A preguntas del fiscal Edmanuel Santiago Quiles, Méndez Figueroa precisó que, tras recoger a su hija, condujo de regreso a su hogar y tomó la salida del aeropuerto hacia el puente Teodoro Moscoso, donde coincidió con dos vehículos todo terreno del fabricante Can-Am.

“Tan pronto salí del aeropuerto y entré al Teodoro, entraron los Can-Am. Yo iba detrás”, dijo el hombre, quien precisó que conducía por el carril izquierdo y que los Can-Am ingresaron al puente desde la avenida Román Baldorioty de Castro. “Iban en dirección a San Juan y yo también”, mencionó.

“Yo iba a unas 40 millas (por hora) y tan pronto íbamos un poco más al frente de la mitad del puente, pues vi cómo empezaron a frenar los Can-Am y ya después de ahí, pues vino el impacto de frente”, dijo Méndez Figueroa ante la jueza Wanda Cruz Ayala, desde la sala 201 del Centro Judicial de Caguas.

Tras el impacto, el testigo indicó que explotaron las dos bolsas de aire de su guagua Jeep Grand Cherokee, por lo que procedió inmediatamente a preguntarle a su hija si se encontraba bien. Acto seguido, dijo que le pidió a su hija que se bajara de la guagua y que él procedió a hacer lo mismo, para entonces moverse al área del paseo.

“Le dije que se bajara y yo también procedí a bajarme (de mi guagua), forzando la puerta. Tuve que forzar la puerta porque por ahí recibí el impacto, por el lado del chófer... Mi guagua quedó entremedio de los dos carriles. Estaba bien, no me pasó nada, pero estaba aturdido”, mencionó Méndez Figueroa.

“Mi hija estaba bien. Yo pasé por al frente de mi guagua, que estaba chocada de frente y también me percaté que había una guagua color gris”, agregó el testigo, quien continuó su relato al mismo tiempo que miraba unas fotos provistas por la Fiscalía de San Juan y que forman parte de las piezas de evidencia.

“Tan pronto di la vuelta por la parte de al frente de la guagua gris, que estaba trepada en lo que divide los carriles en dirección contraria, vi a alguien herido en el piso... Sé que la persona estaba herida porque se quejaba, pero no le presté atención (y) fui directamente a donde mi hija”, comentó.

Méndez Figueroa confirmó que en la escena había un camión color blanco y que cerca del mismo estaba el cuerpo de un joven, el cual se quejaba debido a las heridas recibidas tras el impacto. Añadió que, en cambio, en la parte de atrás de su guagua había otro cuerpo tirado y un Can-Am “de lado”.

“Tan pronto fui donde ella (mi hija), nos mantuvimos en el paseo frente al camión blanco hasta que removieron a todos del área. Estuvimos allí (como una) hora y media o dos horas... Mi guagua tapaba mi vista hacia la guagua gris (Hyundai Tucson), pero había personas gritando”, sostuvo el instalador de rótulos.

En medio del relato de Méndez Figueroa, la Fiscalía de San Juan le mostró al testigo dos grabaciones de las cámaras de seguridad del puente Teodoro Moscoso, con las cuales buscaba sentar las bases para comenzar a armar el rompecabezas sobre lo que sucedió aquella fatídica madrugada según la prueba fílmica.

Culminado el interrogatorio de la fiscalía, el licenciado Ramón Nevárez Ortiz, uno de los representantes legales de la acusada, comenzó su ronda de preguntas y llevó al testigo a reconocer que no era la primera vez que veía los dos vídeos que mostró el Ministerio Público. “Los vi una sola vez, en la Fiscalía”, dijo.

El testigo abundó que estaba en presencia de Santiago Quiles cuando vio por primera vez esos vídeos. Agregó que, en esa ocasión, fue citado por la fiscalía para discutir su testimonio y que se le indicó que le iban a presentar unas grabaciones extraídas de las cámaras de seguridad del puente.

Cuando el abogado le preguntó al testigo si en las grabaciones no se observa con claridad que la guagua que iba en la parte de atrás de los Can-Am era la suya, Méndez Figueroa dijo que “esa pregunta tiene una explicación”.

Pero, el licenciado le respondió: “la explicación a la pregunta que yo le estoy haciendo es lo que usted ya dijo, que por el color y la hora, usted identifica que ese es su vehículo”. Entonces, el testigo respondió que “sí” y aclaró que “por la hora del vídeo y el color de mi guagua era la única que había a esa hora”.

Por su parte, el segundo testigo de la Fiscalía fue el ingeniero de sonido Enrique Manuel Aponte Cabrera, de 32 años y vecino de Bayamón, quien señaló a la acusada como la persona que estaba a bordo de la guagua Hyundai Tucson color gris que impactó a los jóvenes que iban a bordo del Can-Am.

Aponte Cabrera narró que la madrugada de los hechos acudió al hotel Courtyard by Marriott, en Isla Verde, para recoger un equipo de sonido. Añadió que, mientras conducía su camión Ford color blanco, se dirigió a la avenida Baldorioty de Castro y luego tomó la salida hacia el puente Teodoro Moscoso.

Precisó que fue en medio de ese trayecto cuando observó a un grupo de personas manejando motoras, four track y dos Can-Am. El testigo dijo que manejaba entre 35 a 40 millas por hora, aproximadamente, pues el grupo estaba al frente suyo.

“(Cuando veo la guagua en contra del tránsito) me dirijo hacia el paseo. Los vehículos (todoterreno) se movieron hacia la derecha y el paseo y una Jeep Grand Cherokee se mantuvo en su carril. El vehículo que viene en contra del tránsito, en dirección de San Juan al aeropuerto, impacta a un Can-Am negro y gris, que a su vez impacta a la Jeep”, sostuvo.

Aponte Cabrera dijo que la guagua Hyundai Tucson color gris, que impactó los vehículos, quedó encima de la valla de hormigón que divide los carriles en el puente. “El Can-Am cae destrozado en la parte posterior”, añadió el testigo, quien mencionó que su guagua tenía unas abolladuras por el lado del conductor.

Asimismo, indicó que vio una persona debajo del Can-Am, y que había otra en la guagua que quedó encima de la valla. Aponte Cabrera mencionó que mientras estuvo en la escena llegaron bomberos y paramédicos para socorrer a las personas involucradas en el accidente.

“Un grupo de personas que estaban en los four track y las motoras lograron remover el Can-Am, (para ayudar a la persona que estaba abajo), pero la persona no hacía nada”, dijo el testigo, quien además reveló que, mientras la conductora de la guagua Tucson era atendida por paramédicos, esta indicó que “quería prender la guagua e irse para su casa. La sacaron del vehículo y la montaron en la camilla y se la llevaron (al hospital)”.

Sin embargo, a preguntas del abogado Ramón Nevárez Andino, otro representante legal de Nevárez Torres, el testigo dijo que no vio a la acusada conducir y que tampoco la vio bajarse o subirse sola a la guagua. No obstante, insistió en que sí vio cuando la acusada fue sacada de la guagua por paramédicos.

En tanto, el bombero Emmanuel Salgado Díaz, de 42 años y vecino de Cidra, asignado a la División de Operaciones Especiales de Hato Rey, fue el tercer testigo en declarar durante el segundo día de juicio contra Nevárez Torres y narró los momentos de angustia que vivió al llegar a la escena.

Sin poder contener sus lágrimas y con voz entrecortada, Salgado Díaz dijo que ayudó a socorrer a Keven Monserrate Gandía, que era el pasajero del Can-Am que conducía Santos Delanda. Dijo que el joven se encontraba herido debajo de un camión.

“Estaba hablando con él porque, de momento, él decía que se sentía cansado”, dijo el testigo, quien tuvo que hacer una pausa. “Solamente lo que nos decía era que lo ayudáramos, que no lo dejáramos morir. Él me sostenía del brazo y me apretaba y yo lo apretaba a él y le decía: ‘Tranquilo, que todo va a salir bien. Te vamos ayudar, te estamos ayudando y tú vas a salir bien’”, mencionó el testigo a preguntas de Santiago Quiles.

Asimismo, dijo que la acusada le indicó, en una ocasión, que si podía encender su guagua porque quería marcharse de la escena. Tomando unas fotos de referencia, el testigo describió a la conductora y la identificó en sala.

“Cuando procedo a ir a donde el compañero, paso entre medio de mi unidad y la Hyundai Tucson, y ahí la conductora de la Hyundai Tucson me pregunta si podía encender su vehículo para irse. Ella se quería ir. Le indiqué que tenía que permanecer dentro del vehículo sin tocar nada”, abundó.

“Tenía espejuelos, cabello corto, no era ni muy llenita, pero tampoco muy flaca... Ella tenía las dos manos en el guía”, dijo el testigo. “Donde estaba el Can-Am, ahí en el suelo, había un cuerpo y era un caballero... No estaba respirando”, sostuvo Salgado Díaz, en referencia a Santos Delanda.

Por su parte, el licenciado Nevárez Andino trató de establecer con su línea de preguntas que el testigo estaba ofreciendo detalles en sala que no constan de su declaración jurada como, por ejemplo, que la conductora del vehículo tenía espejuelos, dato que no consta en el documento.

Asimismo, Nevárez Andino llevó al testigo a reconocer que no podía precisar si la persona que estaba montada en la guagua Hyundai tenía golpes o sangrado, pues nunca se le acercó para revisarla. “Estaba trepada en la valla... La vi de la cintura hacia arriba”, mencionó Salgado Díaz a preguntas de la defensa.

De otro lado, la Fiscalía y la defensa acordaron estipular el testimonio del bombero y paramédico Joel Aldea Resto, que figura en la lista como el cuarto testigo del Ministerio Público, por lo que ya no es necesario que declare en el caso. A Aldea Resto, al igual que a los otros testigos, se les tomó declaración jurada.

La jueza explicó que “se estipula que él le dio atención a Keven Monserrate Gandía y que pudo observar cuando sacaron del área del conductor a doña Mayra Nevárez y quienes la sacaron fueron unos paramédicos y él observó que tenía fractura en el fémur, y le dio la atención primaria, particularmente cuellera y oxígeno”.

El caso continuará el viernes a las 9:30 a.m.. La Fiscalía tiene pautado sentar a declarar a otros cinco testigos.

La muerte de Santos Delanda se reportó a las 2:32 a.m. del 21 de noviembre de 2021 cuando la mujer impactó con su guagua Hyundai Tucson, color gris, al Can-AM que conducía Santos Delanda, de 21 años, junto a Monserrate Gandía, por el puente Teodoro Moscoso, informó el Negociado de la Policía.

A consecuencia del impacto, Santos Delanda y Monserrate Gandía salieron expulsados. Lamentablemente, Santos Delanda murió en el lugar de los hechos, mientras que Monserrate Gandía sufrió heridas graves y fue trasladado al Centro Médico en Río Piedras.

Según la pesquisa de la Policía, que se sustenta con las grabaciones de las cámaras de seguridad del puente, la conductora invadió el carril contrario e impactó el Can-Am por la parte frontal. A Nevárez Torres se le realizó una prueba de alcohol en la sangre y arrojó .29%, según los resultados.

Por estos hechos, la Fiscalía de San Juan formuló el 17 de diciembre de 2021 un total de seis cargos contra Nevárez Torres por violaciones a la Ley de Vehículos y Tránsito, manejar un vehículo de motor bajo los efectos de bebidas embriagantes y negligencia temeraria.

Tras examinar la prueba, la jueza Iraida Rodríguez Castro, del Tribunal de San Juan, determinó causa para arresto y le fijó una fianza de $300,000. Sin embargo, Nevárez Torres quedó bajo supervisión electrónica luego de que la fianza fuera diferida por el Programa de Servicios con Antelación a Juicio (PSAJ).

Durante el proceso de vista preliminar, a finales de julio de 2023, se suscitó una controversia en el caso, luego que la jueza Nerisvel Durán Guzmán, del Tribunal de San Juan, determinó suprimir como evidencia la prueba de sangre que se le realizó a Nevárez Torres como parte de la pesquisa.

Sin embargo, el Departamento de Justicia apeló la determinación de la jueza y radicó un recurso ante el Tribunal de Apelaciones, quien finalmente revocó el fallo. Sin embargo, la defensa de la acusada, insatisfecha con la decisión, elevó la controversia al Tribunal Supremo de Puerto Rico.

A raíz de esto, el máximo foro judicial emitió el 23 de enero de 2024 un “no ha lugar” a la moción de certiorari radicada por la defensa a los fines antes mencionados. Sin embargo, la defensa solicitó una reconsideración a la decisión, por lo que la Corte Suprema emitió el 12 de marzo de 2024 otro “no ha lugar”.

El 15 de marzo de 2024 venció el término para que la defensa de Nevárez Torres presentara una segunda reconsideración ante el Tribunal Supremo. Por ende, el 18 de marzo de 2024, el secretario de Justicia, Domingo Emanuelli, anunció al país que la Fiscalía de San Juan podía utilizar la prueba de alcohol.