Un químico del Departamento de Salud encargado de procesar la prueba de alcohol en la sangre que se le tomó a Mayra Nevárez Torres, acusada de causar la muerte del joven Justin Santos Delanda, de 21 años, en el puente Teodoro Moscoso, en San Juan, defendió este viernes los resultados de la muestra, que arrojaron .29%.

Durante el quinto día del juicio contra la acusada, el testigo Salvador Fabre Rivera precisó que analizó la muestra el 1 de diciembre de 2021 y que los resultados los plasmó en un informe de análisis toxicológico. “El resultado es .29% de alcohol”, dijo a preguntas del fiscal Jesús Torres González.

Durante el interrogatorio en la sala 1007 del Tribunal de San Juan, ante la jueza Wanda Cruz Ayala, Fabre Rivera indicó que la muestra fue recibida en el Departamento de Salud por la empleada Marisol González, quien también figura como testigo de la Fiscalía. “Me entregó la muestra a la mano. El envase estaba sellado”, dijo.

“La muestra pertenece a Nevárez Torres... y las observaciones (en el informe) están en blanco porque no hubo ninguna anormalidad referente a la muestra”, agregó Fabre Rivera. “Es un análisis confiable. Tiene un valor muy real”, añadió al defender su trabajo.

Cuando el fiscal le preguntó de manera directa al testigo por qué era un análisis confiable, Fabre Rivera, quien labora para Salud desde el 1999, dijo: “el laboratorio está bajo control, los instrumentos están calibrados, este servidor está al día, tenemos los cursos al día, nuestra licencia al día y eso lo hace confiable”.

Por su parte, la defensa, integrada por los licenciados Ramón A. Nevárez Andino y Ramón Nevárez Ortiz, informaron en sala que no tenían preguntas para el testigo, por lo que la jueza excusó a Fabre Rivera.

La muestra de sangre tomada a Nevárez Torres ha sido uno de los asuntos más controversiales en el caso, pues durante el proceso de vista preliminar, en julio de 2023, la jueza superior Nerisvel Durán Guzmán determinó suprimir la prueba y el resultado.

No obstante, el Departamento de Justicia apeló la decisión de la jueza y radicó un recurso ante el Tribunal de Apelaciones, quien finalmente revocó el fallo. Sin embargo, la defensa de la acusada, insatisfecha con la decisión, recurrió al Tribunal Supremo de Puerto Rico.

A raíz de esto, el máximo foro judicial emitió el 23 de enero de 2024 un “no ha lugar” a la moción de certiorari radicada por la defensa. Aunque la defensa solicitó una reconsideración a la decisión, la Corte emitió el 12 de marzo de 2024 otro “no ha lugar”.

Relacionado a la prueba de alcohol, el agente del Negociado de la Policía, Benedicto Oquendo Torres, testificó que fue él quien acudió a la División de Patrullas de Carreteras de San Juan para buscar un kit sellado, el cual contenía el envase vacío para tomar la muestra.

Oquendo Torres dijo que, tras recoger el kit, se dirigió al Hospital Universitario Dr. Federico Trilla en Carolina, donde la acusada se encontraba recluida en el área de la sala de emergencias, luego de haber sido transportada en ambulancia desde la escena.

La muerte de Santos Delanda se reportó a las 2:32 a.m. del 21 de noviembre de 2021 cuando Nevárez Torres, supuestamente, impactó con su guagua Hyundai Tucson el Can-Am que conducía junto a Keven Monserrate Gandía por el puente Teodoro Moscoso.

“El guardia de seguridad (del hospital) me lleva a una estación de enfermeras, donde estaba Gina Encarnación y Jarell Acevedo. Allí me entrevisto con ellas y le digo que estaba en buscada de la dama, Mayra Nevárez Torres”, narró Oquendo Torres.

Sostuvo que las enfermeras le confirmaron que la acusada se encontraba en la sala de emergencias, por lo que procedió a entregarle el envase a Encarnación, el cual estaba “debidamente sellado, con el sello de evidencia”.

“Caminamos (al área donde estaba la paciente). Había varios cubículos con cortinas y ella (Nevárez Torres) estaba en la esquina, en una pared y ahí estaba la camilla. Caminamos de frente hacia ella, y cuando me acerco, observo a la dama, que es la que está aquí presente”, dijo.

Cuestionado sobre cómo actuaba la acusada, el testigo precisó que se “estaba riendo”, que tenía el hablar pesado y los ojos rojos, por lo que llegó a la conclusión de que “se encontraba en aparente estado de embriaguez”.

“Acercándome (hacia el cubículo) la vi que estaba riéndose y, de momento, se puso seria, volvía y se reía. Entonces, me acerqué a ella, le expliqué el motivo (de por qué yo estaba) allí y procedo a hacerle las advertencias para conductores en aparente estado de embriaguez y uso de sustancias controladas”, añadió.

Según el testigo, la acusada le indicó que entendía las advertencias, pero que no firmaría el documento.

“Que ella iba a cooperar con la prueba, pero que no iba a firmar el documento”, sostuvo el agente, quien a pedido del fiscal procedió a leer las advertencias tal cual se las hizo en aquel momento a la acusada.

A pesar de las objeciones de la defensa, el testigo dijo que tenía “motivos fundados” para llevar a cabo dicho proceso, pues “ella (Nevárez Torres) era la conductora de ese vehículo Hyundai Tucson que estaba encima de la valla en el puente Teodoro Moscoso”.

El testigo dijo que, tras completar ese proceso, entonces Encarnación procedió a tomar la muestra, por lo que se dirigió hacia la avenida Luis Muñoz Rivera, en San Juan, donde depositó la misma en unos buzones del Servicio Postal de Estados Unidos.

“(Posterior a ello), me moví nuevamente al área del accidente hasta que se trabajó la escena”, concluyó.

Durante el contrainterrogatorio, Nevárez Andino cuestionó al testigo, principalmente por discrepancias entre su testimonio en el juicio y la declaración jurada que le tomó la Fiscalía.

“La pregunta mía es que la declaración jurada no indica que era sobre un vehículo Hyundai que estaba sobre la valla del puente Teodoro Moscoso. Eso no lo dice”, indicó el abogado, a lo que el testigo dijo que “no”.

Asimismo, Nevárez Andino llevó al testigo a reconocer que, aunque inicialmente dijo que Nevárez Torres era la conductora del vehículo, lo cierto es que no la vio conduciendo, por lo que no le consta de personal y propio conocimiento. “No la vi”, admitió.

De igual manera, el licenciado impugnó el testimonio de Oquendo Torres en la vista de supresión de evidencia de la prueba de alcohol e insistió en que a su representada no se le informó que podía oponerse a realizarse la misma.

Sin embargo, el fiscal Luis David Valentín Córdova planteó que la impugnación que pretendía hacer el abogado referente a lo que sucedió en la vista de supresión “no puede ser utilizado en este juicio porque lo resuelto en la vista fue revisado por un tribunal de mayor jerarquía”.

Además de Oquendo Torres, la Fiscalía de San Juan llamó a declarar a Josimar López Camacho, enfermera generalista que laboraba en el área de la sala de emergencias del Hospital Universitario Dr. Federico Trilla.

“Atendí a la dama Mayra Nevárez, la cual vino por un accidente de auto a la institución para la cual trabajaba en aquel entonces”, dijo López Camacho, quien describió cómo fue la interacción con la acusada.

“Realmente, todo fue bastante fluido. Ella estuvo cooperando en todo momento, en ningún momento se negó a ningún tratamiento, a que se le hiciera nada de lo que el médico estuvo ordenando”, recordó.

A preguntas de Torres González, la testigo dijo que, como parte de sus labores, le realizó a la acusada “el triage, donde se le evalúan los signos vitales, se corrobora la queja principal del paciente, se verifica las alergias del paciente, si padece de alguna condición”.

“Lo que recuerdo era que tenía un pantalón mahón, no recuerdo más nada. O sea, qué tipo de camisa tenía exactamente no. Recuerdo que ese mahón estaba mojado, de orín. Me dio el olor a orín”, dijo López Camacho.

Debido a esto, comentó que “me ofrecí a limpiarla y cambiarla. Ella accedió que se limpiara, pero solamente me dejó colocar un pañal y encima del pañal la ropa que ella tenía mojada, y mantener su camisa puesta”.

Posteriormente, dijo que movió a Nevárez Torres hasta el cubículo I-9, que era donde estaba la otra enfermera, identificada como Gina Encarnación, quien declaró que fue ella quien le realizó la prueba de alcohol en la sangre a la acusada. “Era el cubículo que estaba vacío”, afirmó.

Aseguró que su interacción con la acusada fue de aproximadamente “30 a 20 minutos” y que en ningún momento esta se negó a que se le brindara tratamiento. “Estuvo cooperadora en todo momento”, declaró la testigo, mientras la defensa realizaba objeciones.

Contra la acusada pesan cargos por violación a los artículos 5.07 y dos del 7.06, de la Ley 22 de Vehículos y Tránsito –por ocasionarle la muerte a Santos Delanda y grave daño corporal al pasajero Keven Monserrate Gandía– al conducir de manera negligente y en estado de embriaguez. También enfrenta un cargo menos grave bajo el Artículo 7.02 por manejar en estado de embriaguez.

El juicio continuará el 9 de septiembre desde las 10:00 a.m., informó la jueza antes de recesar los trabajos.