“Se me ha encomendado un tema fascinante: el impacto social de la corrupción. Confieso que la palabra me incomoda. Suena a pecado, a perversión. Le resta ‘standing’ a uno de los quehaceres más antiguos de la humanidad”, escribe Ana Lydia Vega
“Se me ha encomendado un tema fascinante: el impacto social de la corrupción. Confieso que la palabra me incomoda. Suena a pecado, a perversión. Le resta ‘standing’ a uno de los quehaceres más antiguos de la humanidad”, escribe Ana Lydia Vega
Permítanme presentarme. Soy el doctor Demóstenes Arróbalo, especialista en corruptología. Es para mí un descomunal placer dirigirme a un grupo tan selecto de graduandos como el que esta noche me honra con su atención. Depositen, por favor, sus celulares en el cajón acústico que se encuentra a la entrada del auditorio. No quiero que timbrazos, texteos, chateos ni videos inoportunos vengan a sabotearnos la concentración.
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