La política pública que le permitió a Medicare cubrir los costos de la atención médica a distancia –telemedicina– expiró en diciembre y, en lo que termina el proceso de transición de un gobierno a otro, se aprobó una extensión de solo tres meses. Así que, a la nueva administración, le tocará renovar la resolución que otorga fondos para dicho servicio, que aumentó significativamente durante y luego de la pandemia de COVID-19.

Inicialmente, los republicanos estuvieron de acuerdo con la resolución, pero cambiaron de parecer luego de expresiones realizadas por el presidente electo Donald Trump y por el codirector del Departamento de Eficiencia Gubernamental, Elon Musk, según The New York Times.

Las visitas a médicos a través de videollamadas han beneficiado miles de adultos mayores que no tienen medios de transporte, viven en hogares geriátricos o por alguna razón de salud no deben exponerse demasiado públicamente, entre otras razones. De hecho, en 2020, casi la mitad de los millones de beneficiarios de Medicare tuvo, al menos, una visita médica en esa modalidad, indicó el diario neoyorquino. Aunque el año pasado esa frecuencia bajó en 13%, todavía la cantidad de personas que dependen de ese tipo de asistencia médica es más de lo que era hace cinco años.

El acceso a servicios de salud es uno de los factores que determinan el bienestar de las personas, especialmente de los adultos mayores. Limitarlo no debe ser una consideración para bajar presupuestos o para establecer nuevas políticas públicas.