Hace 15 años, luego de terminar la maestría en Gerontología, propuse “publicar una sección en la edición dominical –de El Nuevo Día– para adultos mayores, sus familiares y cuidadores”, aclarando que “la población es amplia y está integrada por personas saludables y activas, así como por otras que son frágiles y necesitan ayuda”.

Vivir a Plenitud fue el primer espacio de publicación semanal, en un medio nacional, que tuvo por protagonistas a los mayores de 60 años; que destacó el tema del envejecimiento de nuestra población y la necesidad de atenderla desde todos los aspectos sociales. Desde entonces, cientos de artículos se han publicado en esta sección; cientos de historias de adultos mayores activos, emprendiendo, ejercitándose, trabajando por salario o como voluntarios, levantado su voz para educar, reflexionar o denunciar.

Levantamos la voz para dar visibilidad a los cuidadores, a los mayores que no reciben el cuidado de sus hijos, a los más necesitados. Ha habido artículos y entrevistas con estadísticas, sobre tendencias locales e internacionales, sobre pensiones, Seguro Social, medicamentos, fondos federales, personas exitosas, iniciativas innovadoras, temas laborales, financieros. Mencione un tema y lo he reseñado en estas páginas.

Siempre agradeceré el apoyo de Luis Alberto Ferré para que este espacio fuera posible y que apoyara mi visión. Igualmente, agradezco el apoyo del Programa de Gerontología de la Universidad de Puerto Rico, del geriatra Walter Rosich, que fue mi profesor y columnista de este espacio por mucho tiempo, de AARP y de tantos otros que reconocieron la importancia de esta sección. Se dice rápido, pero, al mirar hacia atrás, es mucho lo realizado. Gracias.