Todo aquel que tenga una mínima aspiración política, ya desde el momento en que empieza a curtirse en protestas, marchas o mensajes en las redes, debe tener en cuenta que años después, cuando intenten mostrar una cara mucho más moderada para dorarle la píldora a los electores, esos mensajes y esas actitudes van a salir porque alguien las guardó, escribe Mayra Montero