
Opinión
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Afortunadamente, el jueves ha quedado atrás, como atrás también ha quedado la jornada consumista del viernes. Todavía deben quedar pavos en las neveras de los supermercados, pero ya menos. Y eso se agradece, es en verdad lo que hay que agradecer: no tener que ir uno, por ejemplo, a buscar leche, y nada más entrar por los pasillos toparse con esa loma de animales inflados y etiquetados, que es obligatorio comer por expreso mandato colonial. Los comemos en honor de los colonos, ¿o no?
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