¿Le podemos desear a Antonio Casillas Montero que la cárcel le sea leve? Yo no, desde luego. Que le sea tan pesada e insoportable como las cadenas con las que ataba a sus perros, escribe Mayra Montero
¿Le podemos desear a Antonio Casillas Montero que la cárcel le sea leve? Yo no, desde luego. Que le sea tan pesada e insoportable como las cadenas con las que ataba a sus perros, escribe Mayra Montero
Pasar más de tres décadas criando perros con el fin de torturarlos, sometiéndolos a peleas desgarradoras, inyectándoles esteroides y otras sustancias para que se vuelvan más sanguinarios, quitándoles la vida cuando rehúsan pelear, o dejándolos morir de hambre, sed o insolación, es un camino a la infamia del que no hay retorno. Es decir, sin rehabilitación posible.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: