

Los humedales, hábitats donde el suelo está cubierto por agua, ya sea salada o dulce, son importantes por su productividad y funciones ecológicas. Estos ambientes mejoran la calidad del agua ya que facilitan el reciclaje de nutrientes, y absorben el exceso de sedimentos y contaminantes. Reducen la erosión y la posibilidad de inundaciones al retener el flujo de ríos, y ecosistemas costeros, como los manglares, proveen protección contra los embates de marejadas y tormentas. A pesar de todos los beneficios que nos brindan, históricamente han sido degradados y destruidos para usarlos con fines agrícolas o desarrollo urbano.
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