Al final es un problema de autoestima colectiva. Hemos aprendido a justificar la mediocridad y mendigamos los derechos como si fueran favores. Deberíamos recordar que merecemos más, escribe Isamari Castrodad
Al final es un problema de autoestima colectiva. Hemos aprendido a justificar la mediocridad y mendigamos los derechos como si fueran favores. Deberíamos recordar que merecemos más, escribe Isamari Castrodad
Ayer, en la sección de comentarios de una noticia que anticipaba nuevos apagones y reseñaba el servicio eléctrico ineficiente, leí lo que considero la mejor síntesis de lo que está viviendo nuestro país. Decía el comentario: “Están jugando con nuestra salud mental”. No es una afirmación, es una denuncia, una acusación. No hay manera de dorar la píldora. Es trágico.
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