La escritora Yara Liceaga relfexiona en torno a las conductas de un mundo expuesto al no saber entre las prisas y las superficialidades.
La escritora Yara Liceaga relfexiona en torno a las conductas de un mundo expuesto al no saber entre las prisas y las superficialidades.
Donde vivo, por la costura abierta entre el invierno y la primavera, van emergiendo seres que conversan a viva voz, agitadamente con nadie que podamos reconocer como humano. A veces gritan sus pesares dodecafónicos o repiten incesantemente aquello que divaga por sus mentes desatendidas y que salta de sus bocas mientras arrastran un caminar aparentemente desorientado por los espacios públicos cuando la temperatura les deshiela el volumen de su voceo destemplado.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: