Como educador he sido testigo de las raíces amargas, injustas y racistas que encumbran este país, escribe Edwin Sierra González
Como educador he sido testigo de las raíces amargas, injustas y racistas que encumbran este país, escribe Edwin Sierra González
Este país, aun sin reconocerlo algunos, está cimentado en la agonía y la desigualdad. Nos hemos desarrollado a costa del otro y quienes tienen o han tenido el poder político, a costa de nosotros. No podemos desentendernos del hecho de que la injusticia ha sido un elemento inherente a nuestra formación histórica, junto con la desigualdad y el dolor. Somos un país injusto y eso requiere mucha educación para cambiarlo. Argumentarán que no hay manera de cambiarlo, no se les debe prestar oído. La lucha coherente y organizada para transformar el país de esos agravios del proceso histórico no puede cesar.
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