Seguramente tú no hablas en tu casa como hablas en el trabajo. Tampoco hablas con tu mamá como hablas con tu hermano, o tu pareja. Al leer los leaks de los chats del gobernador Ricardo Roselló, todos sabemos que ese no es el lío. La gente no es boba y nadie querría que lo que dijera entre las colchas, entre familia o entre panas saliera a la luz pública. También dudo que alguien aquí creyera que, cuando no estaba frente a un podio, el gobernador se transformara, por arte de magia, en el modelo de la elocuencia o, como poco, de la gramática.
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