
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
En los años ochenta, mientras jugábamos, una vecinita cuyo equipo estaba perdiendo decidió gritarnos a mi hermana y a mí que éramos unas “tramposas”. Al nosotras negar la acusación, prosiguió a presentar como evidencia irrefutable que lo éramos por ser hijas de nuestro padre; un hombre que “era un negro sucio de la basura”. Aún recuerdo la violencia de sus palabras incrustarse en mi piel como si hubiese estallado una bomba en mis manos. A mis nueve años, sentí que no podía respirar.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: