En los pasados dos años, Puerto Rico transmutó. La antigua semilla está hoy en proceso de florecer. Ya no es el pueblo que temió y padeció la catástrofe, dice Luis Alberto Ferré Rangel
En los pasados dos años, Puerto Rico transmutó. La antigua semilla está hoy en proceso de florecer. Ya no es el pueblo que temió y padeció la catástrofe, dice Luis Alberto Ferré Rangel
Antes del huracán María, la semilla de país yacía latente en la tierra árida de la precariedad. Padecía una crisis fiscal y económica, en parte, auto-infligida. Se resistía a ver. Las administraciones endeudaban el gobierno para complacer. Levantaban obras faraónicas, repartían fondos a los suyos y migajas al contribuyente. Llegaron la quiebra, la Junta y el huracán María.
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