Hay evidencia empírica robusta de que los empleos de verano para adolescentes tienen efectos positivos en completar la escuela superior, en los hábitos de estudio y que reducen el crimen, escribe María E. Enchautegui Román
Hay evidencia empírica robusta de que los empleos de verano para adolescentes tienen efectos positivos en completar la escuela superior, en los hábitos de estudio y que reducen el crimen, escribe María E. Enchautegui Román
El tema del empleo entre adolescentes se ha discutido en esta semana en este diario. Las leyes estatales y federales son estrictas con respecto al empleo de menores en las edades de 14 a 17 años. Es importante apuntar que estas leyes aplican a las y los jóvenes de esta edad, independientemente a si están en la escuela o no y aplica aún si se han graduado de la escuela superior. Esta Ley busca en efecto disuadir el abandono escolar. Por ejemplo, no se puede trabajar dentro de los horarios de clase y si es menor de 16 años no puede trabajar luego de las 6:00 p.m.
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