

El teatro de William Shakespeare, que comprende comedias y tragedias de dimensión universalista, ronda las cuarenta piezas. Se piensa que de 1600 a 1608 experimentó el zenit de su poder creativo. Aunque es difícil establecer con precisión la fecha exacta de creación de todos sus trabajos, ese periodo comprende aproximadamente quince obras, seis de las cuales se encuentran entre las más excepcionales tragedias jamás escritas. Ahí encontramos Hamlet (1600), Othello (1604), King Lear (1605-1606), Macbeth (1606), Anthony and Cleopatra (1606-1607) y Coriolanus (1608). Cualquiera de ellas por sí sola justifica siete años de labor.
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