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Puerto Rico ante el inevitable incumplimiento internacional sobre cambio climático

Los países que más contribuyen el cambio climático no han cumplido con las metas de reducir emisiones y, por el contrario, se prevé que aumenten, lo que tiene un efecto detrimental en las temperaturas globales, con graves consecuencias para Puerto Rico, escribe Carl Axel Soderberg

21 de septiembre de 2024 - 3:00 PM

Las opiniones expresadas en este artículo son únicamente del autor y no reflejan las opiniones y creencias de El Nuevo Día o sus afiliados.

En el 2015, alrededor de 195 países se comprometieron a limitar el aumento de la temperatura promedio del planeta a 2 grados Celsius (°C) sobre la temperatura prevaleciente en la era preindustrial. Entonces, la temperatura global promedio había subido 1 °C.

Posteriormente, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas (ONU) lanzó a los países un reto, no vinculante: limitar el aumento a 1.5 °C para reducir los efectos del cambio climático a niveles más manejables para la comunidad internacional. Para lograrlo, se determinó necesario bajar un 50% las emisiones de gases causantes del efecto de invernadero (GEI) para el 2030 y lograr emisiones netas cero para 2050.

¿Dónde estamos hoy?

El Centro Copernicus para Estudios Climáticos de la Unión Europea anunció que en febrero de 2024 sumaban 12 meses consecutivos con un aumento de 1.5 °C o más. Desafortunadamente, los climatólogos internacionales aseguran que vamos rumbo a quebrar el límite de 2 °C estipulado.

¿Qué fundamenta el pronóstico? Ciertos desarrollos propician el incumplimiento con la meta internacional:

India, el tercer país que más emite GEI, anunció que no logrará emisiones netas cero hasta el 2070. Recientemente, su demanda de electricidad aumentó dramáticamente debido al calor extremo. Ante ello, anunció que tardará aún más porque su prioridad es suplir el aumento en la demanda de electricidad para proteger la salud y evitar muertes prematuras por temperaturas extremas. Para hacerlo, mantendrá y duplicará la quema de carbón para el 2030.

China (el país que más emite GEI), Rusia (el quinto), Indonesia (el sexto) y Brasil (el séptimo) informaron que lograrán emisiones netas cero de GEI en el 2060.

La guerra entre Rusia y Ucrania desvía cantidades sustanciales de fondos destinados a transformar la generación eléctrica a fuentes renovables. Esto impacta a Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea, tres de las cinco entidades que más emiten GEI.

También, la guerra entre Hamas e Israel desvía en Israel y Estados Unidos fondos destinados a sustituir el combustible fósil con energía renovable.

Por otro lado, la operación de centros de inteligencia artificial (IA) requiere cantidades astronómicas de electricidad. Estos centros en la Unión Europea ejercen una demanda equivalente a la combinada de Portugal, Grecia y Holanda. La demanda en los centros de IA en Estados Unidos es significativa también. Muchos países tienen ya estos centros o están en el proceso de establecerlos, retrasando lograr emisiones netas cero a nivel global.

Mientras, continúa el financiamiento internacional de plantas generatrices a base del carbón. Los mayores contribuyentes son China, Estados Unidos, Alemania e India. La Agencia Internacional de Energía valida el incumplimiento. Ese ente internacional pronostica para el 2030 un aumento de 32% en la quema de carbón y de 8% en la de petróleo.

La ONU vaticina que el aumento promedio de la temperatura global llegará a 2.8 °C en el 2050 si no se hacen mayores esfuerzos.

¿Cómo se afecta Puerto Rico?

Los impactos del cambio climático aquí serán mucho más severos.

Recientemente, el Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático (CEACC) divulgó los resultados de un estudio que revelan que si la temperatura promedio global sube 2 °C, la economía perdería $379,270 millones a 2050, ocurrirían daños a residencias y merma en ahorros personales de $161,000 millones y daños a la infraestructura productiva de $1,475,665 millones. Si el aumento excede los 2 °C, los efectos socioeconómicos serían desproporcionalmente mayores.

El nivel del mar subirá más con mayor rapidez, limitando la vida útil de infraestructura crítica y residencias en terrenos vulnerables. Tendremos episodios más intensos de calor sofocante. Aparte de poner en peligro la vida de nuestros adultos mayores, estas temperaturas extremas provocarán más apagones porque nuestro frágil sistema eléctrico no puede con la demanda actual en días de calor extremo, mucho menos si se duplica o triplica el aumento de calor.

Aumentará la frecuencia e intensidad de huracanes. Si no tomamos medidas apremiantes, el aumento del nivel del mar salará nuestros acuíferos. Esto está ocurriendo en el Acuífero del Sur. Aumentarán las sequías y racionamientos de agua. Asimismo, disminuirá el acceso al alimento por problemas con el cultivo en los países productores del 85% de nuestros suministros. El año pasado, India vedó la exportación de arroz porque una sequía intensa redujo los cultivos.

¿Qué podemos hacer?

Podríamos concluir que no podemos intervenir en esas guerras y acontecimientos internacionales, y resignarnos a lo peor.

Mi posición es que no podemos cruzarnos de brazos. Hago un llamado a prepararnos. Podemos implantar con sentido de urgencia medidas de adaptación y resiliencia. El CEACC sometió el Plan de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático (Plan MARCC) que contiene 156 cursos de acción y más de 800 estrategias de corto, mediano y largo plazo para proteger la vida, salud y la propiedad de la gente en Puerto Rico.

El Plan incluye acciones para proteger la infraestructura crítica y medidas para asegurar el desarrollo económico. Después del huracán María, todos sufrimos no contar con la infraestructura crítica por meses. Imagínense si durara mucho más.

Exhorto a la próxima Asamblea Legislativa a adjudicarle la prioridad que amerita al Plan MARCC. No podemos perder más tiempo. Urge prepararnos cabalmente para protegernos de los efectos previsibles del cambio climático.

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