Putin es como el sucesor de Stalin, en un regreso a la rigidez axiomática que busca encontrar nostalgia en el totalitarismo, y se convierte en el molde de la intolerancia, que lleva a la deshumanización del pensamiento, escribe Sergio Ramírez
Putin es como el sucesor de Stalin, en un regreso a la rigidez axiomática que busca encontrar nostalgia en el totalitarismo, y se convierte en el molde de la intolerancia, que lleva a la deshumanización del pensamiento, escribe Sergio Ramírez
Esta es una época en que muchos de los grandes dogmas del siglo veinte se apagaron para dejar paso a otros fragmentados y pequeños, pero dogmas al fin; desde las verdades alternativas, a los negacionismos, a las cancelaciones, todo atizado igual que las hogueras donde ardían los réprobos que se atrevían a alzar sus voces en contra de las verdades absolutas. Esas hogueras son hoy digitales, y en lugar de acercar un cerillo basta dar un clic.
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