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¿Alguna vez te has doblado un tobillo y de repente se pone rojo, caliente y se hincha? Esa es la respuesta natural del cuerpo ante una lesión o infección, y es esencial para el proceso de curación. A pesar de que la inflamación puede resultar dolorosa, en realidad es un componente esencial del proceso de recuperación, ya que contribuye a que el cuerpo elimine infecciones con bacterias y virus, además de sanar los tejidos afectados por trauma. El aumento del flujo sanguíneo produce enrojecimiento del área, ayudando a suministrar más oxígeno y nutrientes necesarios para curarse, mientras que el dolor y la hinchazón sirven para inmovilizar y así proteger el área de daños adicionales.
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