Felipe Castro habla de la reforma boricua de sistemas educativos que impulsa desde el exilio y el gran potencial de desarrollo de los puertorriqueños
Felipe Castro habla de la reforma boricua de sistemas educativos que impulsa desde el exilio y el gran potencial de desarrollo de los puertorriqueños
Se me hace fácil escribir sobre mi patria desde donde me encuentre, pues la llevo en el alma más protegida que la fórmula de Coca Cola. Me fui hace poco más de cinco años persiguiendo al amor hasta Rumanía, uno de los lugares que me ha recibido cordialmente como extranjero. No obstante, al vivir entre la curiosidad y apertura de aquella gente deseosa de conocer más sobre esa pequeñita isla que tanto ruido hace alrededor del mundo, hice las pases con mi puertorriqueñidad. Aprendí que ideología no es sinónimo de identidad; que mi identidad no me abandona “ni aunque ‘viviera’ en la Luna”.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: