

Existen muchas definiciones sobre lo que es el entrenamiento invisible.
Se entiende como un conjunto de actividades que realiza un atleta -además de su rutina diaria de las sesiones de entrenamiento- en las que el entrenador no necesariamente se encuentra presente.
El entrenamiento invisible se puede definir como aquellos hábitos o comportamientos de vida, los cuales complementan el entrenamiento en base a su especificidad, que influyen directamente en el rendimiento físico, entiéndase preparación, competición y recuperación, entre varios otros elementos.
Aquellos atletas que llevan a cabo estos entrenamientos tienen mayores posibilidades de triunfar.
Hay que tener en cuenta que para tener un nivel nutricional ideal no es suficiente con “comer bien” días previos a la competición, sino que también es necesario adoptar y mantener hábitos de alimentación específicos durante un tiempo prolongado y hacerlos un estilo de vida.
Para obtener resultados, el atleta debe adoptar y crear hábitos como:
- Entender y aportar que cada decisión debe tener un propósito.
- Manejar sus periodos de sueño y descanso; su entrenamiento, su dieta, su calzado y ropa deportiva.
- Educar su sistema intestinal.
- Entrenar y preparar su mente.
- Manejar junto a su staff de trabajo la logística específica de su entrenamiento deportivo.
Tales elementos son importantes y le capacitarán para obtener el máximo rendimiento en su ejecución y sin duda aumentarán sus posibilidades de éxito.
¿Qué beneficios presentan los hábitos correctos?
Los hábitos invisibles presentan múltiples beneficios:
• Mantienen los niveles correctos de hidratación.
• Favorecen el descanso.
• Aportan energía y nutrientes esenciales.
• Mantenimiento del peso corporal.
• Reduce y ayuda en la prevención del riesgo de lesiones y enfermedades.
• Provee las herramientas añadidas ideales para máximizar los entrenamientos
• Mejora la oxigenación y recuperación.
La importancia del hábito invisible es más significante de lo que pueda parecer, por lo que la educación y madurez del atleta le va a capacitar para alcanzar los objetivos y metas con una mayor disciplina y un mayor control de su mente y su cuerpo, y por tanto, de su rendimiento deportivo.
Formación de hábitos:
El proceso junto al desarrollo de la preparación, antes, durante y luego de una competencia (de acuerdo a la disciplina deportiva ) conlleva tiempo, sacrificios, planificación, periodización y, por ende, objetivos trazados de acuerdo al ciclo de competencias y calendario.
Dichos factores, todos importantes, deben llevar al atleta a priorizar la formación de ciertos hábitos y hacerlos un estilo de vida, una rutina fundamental la cual será el complemento ideal para el éxito y la longevidad.
Cuando estos fundamentos logran ser internalizados y se convierten en acciones repetitivas entonces se transforman en hábitos que rigen el comportamiento y hacen mejor al atleta.
Como atleta, el principal combustible para maximizar el rendimiento del cuerpo es cuidar el descanso, lo que comes, la hidratación y no menos importante conocer y entrenar la mente.
De esta manera serás un atleta con propósito.
(El autor es fisiólogo del ejercicio y posee un centro de desarrollo y capacitación. Puede ser contactado al correo electrónico: jc_scs@yahoo.com)
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