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¿Por qué los huesos se nutren de la actividad física?

A medida que envejecemos, el movimiento del sistema musculoesqueletal puede ayudar a mantener la fortaleza de los huesos

22 de marzo de 2025 - 3:29 PM

Las opiniones expresadas en este artículo son únicamente del autor y no reflejan las opiniones y creencias de El Nuevo Día o sus afiliados.
La importancia de la actividad física. (Carlos Rivera Giusti)

La construcción y desarrollo del hueso (tejido óseo) desde la juventud tiene beneficios para toda la vida.

El movimiento del sistema musculoesqueletal, comúnmente llamado actividad física, a medida que envejecemos puede ayudar a mantener la fortaleza de los huesos.

El hueso es un tejido vivo. Responde a la actividad física, haciéndose más pesado, más funcional, más grande y más fuerte.

Responde mejor cuando somos jóvenes. La masa ósea alcanza su nivel más alto cuando estamos entre los 20 a los 30 años.

Luego de los 30 años dependeremos de la calidad de vida, nutrientes y una memoria muscular saludable. Inevitablemente comenzamos a perder densidad ósea (hueso) y la masa muscular será determinante.

Múltiples investigaciones y estudios en etapas de desarrollo, población sedentaria y población activa fisicamente han demostrado que el ejercicio durante los períodos consistentes de rápido crecimiento puede dar lugar a beneficios para toda la vida en cuanto a la consistencia y la resistencia de los huesos.

El ejercicio físico, es un aliado de los huesos.

El deporte es un gran aliado para los huesos, y aún más si se practica desde edades de desarrollo. El ejercicio físico tiene beneficios para la salud ósea, muscular y la salud corporal en general, pero debe complementarse con una nutrición saludable y equilibrada.

La actividad física provoca las contracciónes musculares que favorecen el depósito de calcio en los huesos, aporta a la regeneración celular y mejora la circulación sanguínea, lo que aporta diversos nutrientes al hueso.

La mejor manera de prevenir fracturas óseas -patologías referentes a artritis y daño estructural articular- es darle prioridad a la actividad física, incluso hacer deportes desde la adolescencia, cuando se alcanza la máxima densidad ósea.

El sedentarismo vuelve a tomar protagonismo una vez más como un factor predominante en la aparición de patologías adversas a la salud, entre ellas enfermedades de tejido óseo y del sistema muscular.

Las más recientes investigaciones sobre las articulaciones y sus funciones y responsabilidades exponen que mediante ejercicios específicos utilizando tu propio cuerpo hasta la inclusión pesas con rutinas por fases específicas, se puede lograr aumentar la densidad ósea en la población adulta y adultos mayores y prevenir la fragilidad de un hueso con síntomas de osteoporosis y otras patologías degenerativas.

Igual que los músculos se atrofian cuando no se ejercitan ni trabajan con ejercicios específicos por edad, los huesos se deterioran de forma acelerada en la adultez cuando dejan de moverse. Para conseguir y mantener unos huesos y tejidos fuertes, hay que trabajar la fuerza y resistencia muscular.

El simple hecho de vivir solo bajo la fuerza de la gravedad, promueve calcificación y debilidad muscular generalizada. Por ejemplo, los astronautas cuando pasan un tiempo en el espacio, en condiciones de ingravidez, empiezan a perder densidad ósea. Como no necesitan el soporte del esqueleto para caminar, el cuerpo se adapta debilitando el hueso.

Igual que el tejido muscular se desarrolla al realizar ejercicios con pesas, los huesos también se van reconstruyendo y regenerando para soportar más masa muscular, se van haciendo más fuertes a medida que se entrenan y se realizan contracciones y repeticiones.

Los ejercicios con pesas y resistencia al músculo, son los más ventajosos para prevenir la debilidad, calcificaciones óseas y degeneración del sistema .

Los huesos necesitan un trabajo de cargas específicas y frecuentes todos los días para mantener su fortaleza. Es importante aumentar la carga de manera progresiva para conseguir beneficios.

Cuidado con el peso como factor fundamental en la salud de los huesos:

Las deportistas, por lo general, tienen unos huesos fuertes y masa muscular estable al llegar a la madurez. Sin embargo, tanto el sobre peso como estar bajo peso puede traer consecuencias no halagadoras. Existen disciplinas como el fondismo dentro del atletismo en los que la delgadez se ve como una ventaja a la hora de competir.

No sólo los gimnastas, fondistas-maratonistas, jinetes, ciclistas, nadadores, entre otros, intentan mantener un peso mínimo para ganar esa centésima de segundo que bate una marca.

Si se sigue un entrenamiento aeróbico intensivo y una dieta baja en calorías, se corre el riesgo de perder masa muscular lo que podría afectar el tejido óseo (huesos), incluso podría guardar relación con la pérdida de la menstruación en mujeres, problemas de alimentación y alteraciones óseas.

Conviene recordar que una alimentación equilibrada es parte del entrenamiento de un deportista y de cualquier persona de la población en general.

Como fortalecer los huesos:

La gente piensa que los huesos son algo estático. Pero es un órgano vivo y dinámico que se remodela constantemente.

Al igual que ocurre con los músculos, cuanto más se contraen de manera estratégica, los huesos más se fortalecen.

Los huesos de todo el mundo se debilitan con la edad, pero el 75% de los estadounidenses con osteoporosis son mujeres, y el 60% de las mujeres mayores de 50 años será propensa a sufrir alguna fractura a causa de esta enfermedad.

Las mujeres alcanzan su máxima densidad ósea a los 25 años aproximadamente. El mayor declive se produce en los cinco a siete años siguientes a la menopausia cuando caen en pico los niveles de estrógenos, que ayudan a mantener los huesos robustos. Más aún si la femina es sedentaria y su alimentación no es la adecuada.

El entrenamiento de fuerza tiene un doble beneficio para los huesos. En primer lugar, los fortalece directamente durante el ejercicio. En segundo lugar, unos músculos más fuertes ejercen más fuerza, lo que hace que los huesos sean más resistentes.

Si ya te han diagnosticado una densidad ósea baja, si te has fracturado algún hueso en el pasado o si padeces osteoporosis, habla con tu médico sobre el mejor plan de entrenamiento antes de empezar de nuevo.

En suma y resta del sentido común, los años no suman longevidad, por el contrario. Así que la forma más simple y sencilla de preservar la salud y mantener un estilo de vida proactivo es mediante la actividad física.

(El autor es fisiólogo del ejercicio y posee un centro de desarrollo y capacitación. Puede ser contactado al correo electrónico: jc_scs@yahoo.com)

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