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Bocadillos lingüísticos: Formica 1

12 de diciembre de 2014 - 12:00 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 10 años.

Formica® es una marca registrada de paneles que se instalan en cocinas, y demás lugares, usted sabe. Pero la que nos interesa hoy es otra formica, con una historia muy interesante. Formica es una palabra del latín, que en su travesía hacia el español, tuvo cambios fonéticos (algunos sonidos cambiaron). Para explicarlos, es importante, como bien dice Hualde, establecer dos etapas en la evolución de los sonidos: 1. del latín al castellano medieval, y 2. de este, al español moderno. Esa /f/ de formica será nuestro primer ejemplo: La /f/ latina, en su paso al castellano medieval cambió su pronunciación (dejó de ser /f/ para convertirse en una aspiración (casi como una jota, AUNQUE SE ESCRIBIERA CON H), y luego, desapareció por completo. ¿Ejemplos? (No olvide que estoy hablando de sonidos). Pues en latín [farina] pasó en Cast. Med. a [harina] y luego en Esp. Moderno, sin aspiración, para escuchar solo [arina]; Otro fue: de [filu] a [hilu] a [ ilo]; también de [faba] a [haba] a [aba]. Pero mucho ojo, pues esa /f/ latina no siempre evolucionó. Si la /f/ estaba ante un diptongo con /u/ como en [fuego] del latín [focu] y [fuerte] del latín [forte], se mantenía. Igual si estaba ante otra consonante como en [frío] del latín [frigidu]. ¿Y [formica]? Pues como era de esperarse pasó de [formica] a [hormica]. ¿Le suena? Pues sigo mañana...

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