A la muerte de Francisco Rodón, y para la posteridad, quedan los grandiosos e históricos retratos que lo hicieron famoso en todo el mundo, y en los que volcaba las complejidades del ser humano, tanto las de aquellas figuras que posaban para él como las suyas propias, en un constante empeño por proyectar el arte como una sublime conversación.
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Francisco Rodón, puertorriqueño eterno
Nota de archivo
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