La razón no grita, la razón convence, nos enseñó don Luis A. Ferré. Para convencer sin gritar hay que tener temple, hay que tener apertura, hay que tener argumentos, hay que saber escuchar y, sobre todo, respetar. Pero ayer, en una hora muy crítica de la historia de Puerto Rico, cuando la razón estaba llamada a convencer y de ninguna manera a gritar, el país vio al presidente del Senado exhibirse desde el púlpito sin la estatura que manda su cargo.
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La razón no grita
Nota de archivo
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