El cuadro es muy preocupante. Una gestión salubrista gubernamental aún limitada que no parece corresponder al sacrificio social y económico de la población. Y serias alegaciones de favoritismo en la adjudicación de contratos inflados para la adquisición de equipos con el presupuesto destinado a frenar los contagios con el COVID-19.
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Serias dudas ensombrecen la gestión gubernamental
Nota de archivo
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