En la isla hace falta un gobierno amigo y facilitador que provea un terreno fértil al desarrollo empresarial y reduzca los obstáculos al emprendimiento, escribe Gustavo Vélez
En la isla hace falta un gobierno amigo y facilitador que provea un terreno fértil al desarrollo empresarial y reduzca los obstáculos al emprendimiento, escribe Gustavo Vélez
A casi tres décadas de la muerte de la Sección 936 y el programa de incentivos contributivos federales (1996), localmente seguimos en estado de negación sin comprender que el mundo ha cambiado. Fue en el 1996, cuando el Congreso federal, con el aval del gobierno local, decidió enterrar para siempre el sueño desarrollista que Rexford Tugwell y Teodoro Moscoso habían concebido en el 1948 bajo el sello de “Manos a la Obra”.
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