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Un diagnóstico de esquizofrenia producirá alteraciones profundas en la vida del sujeto y de su familia. Cuando un joven es diagnosticado con esquizofrenia comienza un proceso complejo. Imaginemos que, en el esplendor de la vida, cuando la meta es estudiar o trabajar, la esquizofrenia irrumpe produciendo alteraciones en la forma de pensar, sentir y de actuar. Algunos síntomas de esta enfermedad son: creer, ver y escuchar cosas que no son reales; dificultad para mostrar las emociones, pensamientos desorganizados y falta de motivación para realizar actividades cotidianas.
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