Así están las cosas en el reino de ColoniagistánLos pavagistanis y los palmagistanis creen fervientemente en el cuento de ‘Aladino y la opción de estatus maravillosa’. No es para menos, porque sus sultanes han encontrado minas de diamantes y genios en una lámpara, escribe Eduardo Lalo
¡Loado sea el Ser Supremo de las tribus bipartidistas! ¡Alabadas sean sus huestes y sus profetas, protegidos sean sus clérigos y sus teólogos! ¡Que las partidas de ángeles vengadores afilen sus sables de justicia sedientos de sangre, y tengan libre de obstáculos el camino hasta dar con las tiendas de los herejes del junte aliancista! ¡Que la justicia del Todopoderoso Dios Bipartidista encuentre dormidos u holgándose en el deleznable acto de leer, a los demoniacos adversarios de la voluntad divina del guiso asegurado por cuatro años! ¡Que el poder vengador los halle acompañados en horizontal y amoroso consorcio con sus concubinas, concubinos o con sus les concubines, para que el ejército divino del Alcalde de Ponce y su santa sultana entren a saco en sus campamentos y rapten, violenten y aplasten al prójimo camino al paraíso!
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