Ya no basta haber nacido en Estados Unidos para ser estadounidense. Parecería haber una serie de criterios alternos, etnia, raza, lengua, ingreso, que pesarían más en la fantasía de lo ‘verdaderamente’ estadounidense, escribe Eduardo Lalo
Ya no basta haber nacido en Estados Unidos para ser estadounidense. Parecería haber una serie de criterios alternos, etnia, raza, lengua, ingreso, que pesarían más en la fantasía de lo ‘verdaderamente’ estadounidense, escribe Eduardo Lalo
La práctica activa de la fantasía en lo que respecta a qué es Estados Unidos, ha acompañado a los puertorriqueños desde antes de la invasión, conquista y colonización estadounidenses organizadas a partir de 1898. Por esto es por lo que, mientras se vivían los acontecimientos en los primeros años del siglo 20, para muchos, independientemente de sus posiciones ideológicas, los procesos de toma de la tierra y control militar y político del país estuvieron plagados de espejismos, equivocadas suposiciones, negaciones y esperanzas, diferidas casi siempre estas últimas a un futuro incierto e indeterminado.
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