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La desaparición de una hija
No puede haber muchas cosas peores que lo que le pasó a tres familias cuyas niñas desaparecieron para no ser vistas nunca más, escribe Benjamín Torres Gotay
No puede haber muchas cosas peores que lo que le pasó a tres familias cuyas niñas desaparecieron para no ser vistas nunca más, escribe Benjamín Torres Gotay
No es posible imaginar muchas cosas peores que la desaparición de una hija. Lo sabe, mejor que la mayoría de los humanos, Carmen Ortiz Cruz, de San Lorenzo. El 8 de julio de 2006, hace 16 largos años, su hija, Kamile Stephanie Burgos Ortiz, quien entonces tenía solo 12 años, salió de su casa llevando consigo únicamente su teléfono celular.
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