La ola de protestas que llevó a la renuncia de un gobernador tiene un valor en sí misma. Pero también es el símbolo más importante de un largo proceso de cambio que no ha concluído, expone Benjamín Torres Gotay
La ola de protestas que llevó a la renuncia de un gobernador tiene un valor en sí misma. Pero también es el símbolo más importante de un largo proceso de cambio que no ha concluído, expone Benjamín Torres Gotay
El escritor francés Albert Camus dijo una vez: “Llega siempre un tiempo en que hay que elegir entre la contemplación y la acción”. En el verano del año pasado, Puerto Rico eligió la acción. En la movilización ciudadana más grande de su historia, en su primera revolución pacífica, logró que renunciara un gobernador del todo incapacitado para el puesto, por razones tanto de experiencia y aptitud, como morales y de carácter.
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