En estos tiempos en que vemos tantas estrellas adornando los arbolitos de navidad, también es hora de reconocer que nuestra islita también tiene estrellitas que la iluminan.

En épocas pasadas teníamos estrellas que jugaron en las ligas invernales aquí y más adelante fueron exaltadas al Salón de la Fama del Béisbol.

Además de nuestras reconocidas estrellas como Roberto Clemente y Orlando Cepeda, también ingresaron otros peloteros como Sandy Koufax (lanzador de los Dodgers), Roy Campanella (cátcher de los Dodgers), Sparky Anderson (dirigente de los Cincinnati Reds) y Rickey Henderson (jardinero de los Oakland Athletics).

Fuimos, y hasta cierto punto lo seguimos siendo, estrellas en el área de la manufactura de medicamentos y dispositivos médicos. La manufactura de estos y otros productos sigue siendo un componente significativo de nuestra economía.

Somos una estrella en la exportación de talento profesional educado aquí, en particular los egresados del Recinto de Mayagüez. Muchos ya se encuentran en posiciones de liderazgo en Estados Unidos.

Además, algunos jóvenes profesionales, en particular médicos, consideran que la estrella de Puerto Rico sigue en todo su esplendor.

Así las cosas, en una recién actividad navideña, conocí a un gastroenterólogo, un cirujano, una pediatra y un anestesiólogo que, aunque educados en Estados Unidos, y con la oportunidad que allí les ofrecieron, decidieron regresar.

¡Nuestra estrella aún brilla!