

En el emblema del Ateneo Puertorriqueño, nuestra institución cultural más antigua, fundada en 1876, aparece algo incongruente, ¡un gallo!; siempre se me ha antojado que ese gallo, colocado en el sello al lado de Palas Atenea y el búho de Minerva, más que símbolo masón fue un intento de darle visaje criollo y antillano a las representaciones de la sabiduría occidental. Aquí el búho canta en la profundidad del bosque, como anticipo de aquel coquí que era, hasta hace poco, emblema nacional. Bad Bunny, nuestra marca favorita destronó el coquí en favor del sapo concho, eso como testimonio de nuestra caprichosa profundidad cultural y existencial.
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