A Donald Trump se le ha alborotado el avispero. Culpa a la prensa de sus desgracias, pero no es verdad. Él es el responsable de todas sus desdichas. Si le advirtieron de las andanzas monetarias del general Michael Flynn con los turcos, no debió intentar llevarlo al Gabinete. Si durante la campaña pidió y obtuvo ayuda de los rusos –extremo que él niega y debe demostrarse– fue un error vecino al delito y una inmensa deslealtad al país. Si luego les confió a Vladimir Putin y al canciller ruso Sergéi Lavrov una delicada información de la inteligencia israelí, se trató de una severa imprudencia.
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Trump y Putin o las amistades peligrosas
ADonald Trump se le ha alborotado el avispero. Culpa a la prensa de sus desgracias, pero no es verdad. Él es el responsable de todas sus desdichas. Si le advirtieron de las andanzas monetarias del general Michael Flynn con los turcos, no debió intentar llevarlo al Gabinete. Si durante la campaña pidió y obtuvo ayuda de