La determinación del senador Dalmau de unilateralmente extender su término como presidente del partido es totalmente violatoria y contraria al Reglamento del PPD. No puede prevalecer, ya que es un ejercicio nulo, escribe Carmen Maldonado González
La determinación del senador Dalmau de unilateralmente extender su término como presidente del partido es totalmente violatoria y contraria al Reglamento del PPD. No puede prevalecer, ya que es un ejercicio nulo, escribe Carmen Maldonado González
Una de las grandes aportaciones del Partido Popular Democrático (PPD) en el escenario de la vida de Puerto Rico ha sido el proteger y ensanchar la participación del pueblo como protagonista de su propio destino mediante la fuerza del voto en la caseta electoral. Ello se reconoce en el propio Reglamento del PPD, al claramente establecer como uno de sus Principios Fundacionales el derecho y la obligación para participar vigorosamente en la determinación de las posturas y mensajes que promulga “desde el líder máximo de la colectividad hasta el popular típico y cotidiano”, de suerte de “garantizar la más amplia representación del pueblo en las decisiones del partido, en el desarrollo de sus mensajes y la confección de sus propuestas”.
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