Si bien esa historia no es la misma de hoy día, un halo de esa sombra aún parece cubrirnos cuando un presidente habla de un territorio y su gente como una propiedad, escribe José Curet
Si bien esa historia no es la misma de hoy día, un halo de esa sombra aún parece cubrirnos cuando un presidente habla de un territorio y su gente como una propiedad, escribe José Curet
Siglos atrás, cuando imperaba el sistema esclavista, era común leer aquí en algún periódico, como El Ponceño, anuncios como estos: “se venden dos negritos y una mulata, como de 18 años cada uno. Los dos primeros buenos para trabajar en una hacienda, y la otra para cualquier oficio doméstico”. Más abajo aparecían anuncios: “se desean comprar negros sanos y jóvenes, pagaderos al contado”. Corría el año de 1853, y quién diría que hoy día el presidente Trump también ha considerado por un instante poner en venta a Puerto Rico, como si se tratara de su propiedad.
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