Un hombre solitario con mochila en la espalda entra a la primera misa del día en la Catedral de Ponce. Justo en el momento de la paz, subió hasta el altar. Allí agredió al sacerdote al golpearle en el rostro. El cáliz transmutado en sangre de Cristo se derramó. Un reportaje “flash” “on-line”, sutilmente, apunta hacia problemas de “salud mental”. En las redes cibernéticas se desatan cristocéntricos expertos en defensa de la víctima (se refieren al cura). Como en el 9-11, la vulnerabilidad sale a pasear. Y entre la trivialidad y la incertidumbre que nos inunda, sobran las explicaciones: “La salud mental del pueblo”; “ni en la iglesia uno se salva de la violencia.”
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Agresión en la catedral
Un hombre solitario con mochila en la espalda entra a la primera misa del día en la Catedral de Ponce. Justo en el momento de la paz, subió hasta el altar. Allí agredió al sacerdote al golpearle en el...