No puede haber ningún interés económico que pueda estar por encima de la voluntad de todo un pueblo y de su seguridad, escribe Juan Antonio Candelaria
No puede haber ningún interés económico que pueda estar por encima de la voluntad de todo un pueblo y de su seguridad, escribe Juan Antonio Candelaria
Hemos experimentado el dolor de las matanzas aquí y allá. Masacres de seres humanos de las que tenemos noticias aquí en Puerto Rico y en los Estado Unidos. Ese cruel asesinato de infantes y niños en esa escuela de Uvalde, Texas no solo nos debe mover a la reflexión, sino a la acción concreta, inmediata y urgente. Hasta el ser más insensible se tiene que condolecer ante la caída de ángeles; infantes y niños tiernos en su inocencia, indefensos, sin malicia. Padres anegados en el dolor, secas las lágrimas, porque no hay llanto suficiente para calmar el desgarrador dolor de quien pierde un hijo. Sonrisas de ayer, truncas hoy. Cierre apresurado del semestre escolar, diplomas por recoger. Ha sucumbido la inocencia ante la barbarie.
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