Comencemos el año 2021 con optimismo, con la certeza de que hemos sido transformados por el pasado para emprender con mayor sabiduría, fortaleza y gallardía un futuro que nos promete la oportunidad de reivindicarnos, escribe Carmen Fernández
Comencemos el año 2021 con optimismo, con la certeza de que hemos sido transformados por el pasado para emprender con mayor sabiduría, fortaleza y gallardía un futuro que nos promete la oportunidad de reivindicarnos, escribe Carmen Fernández
Indiscutiblemente, el año 2020 será inolvidable. Dadas sus peculiaridades, marca un hito inmensurable en la historia de la humanidad. Muchos anhelan que termine ya. Otros planifican despedirlo por todo lo alto, con la esperanza de que el próximo sea mejor. Hay quienes irreverentemente lo despiden con maldiciones, reclamos y pesares. Yo, en cambio, finalizo el 2020 con reflexión, análisis y agradecimiento por todo lo que este atípico y difícil año me enseñó. Vienen a mi mente las palabras de Henry Brougham, “Busca el conocimiento en las dificultades”. ¿Qué me llevo de este año que está por culminar? En primer lugar, la certeza de que ubicó muchas cosas y personas justo en el lugar que debían estar. Nos mostró, en muchos casos, la verdadera cara de la moneda.
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