

En cierto sentido, como soluciones abstractas al coloniaje, la estadidad (asimilismo) y la independencia (separatismo) son dos caras de una misma moneda. Ambas comparten la idea hegeliana que la identidad autentica surge mediante el reconocimiento mutuo; es decir, tenemos identidad cuando nos reconocemos unos a otros como iguales, similares y separados. Si nos niegan ese reconocimiento, o nos “reconocen mal”, se lesiona nuestra identidad. Como colonia, Puerto Rico ha sido “mal reconocido” e interiorizado imágenes falsas de sí mismo, lo que impide una identidad cultural o nacional autentica propia. Debemos rechazar las imágenes distorsionadas y afirmar nuestra identidad autentica con igualdad, asimilándonos o separándonos.
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