¡Buenos días! ¿Café en mano ya? El Bocadillo de hoy es una columna sobre morfología (¿tan temprano en la mañana?). Sí, no se sulfure, que también es “matutino”. Ayuno (adjetivo) nos llega del latin vulgar JAJUNUS, no dice Corominas. Ayunar, o estar en ayuno, es abstenerse de ingerir alimentos, líquidos o ambos, por un tiempo, sin importar la hora. Cuando usted toma el desayuno usted “literalmente” des-ayuna. Desayuno, es derivado, a su vez, del verbo desayunar. ¿Se le está revolcando el estómago? Tómelo con calma para que no arruine su “desayuno”. Mire, a este proceso de formación de palabras (desayunar>desayuno) le llamamos derivación regresiva, que bien llanito quiere decir formar sustantivos a partir de verbos. Ese prefijo latino des- expresa una acción opuesta a ayuno. Todas las noches, mientras duerme, usted entra en ayuno. Y, cuando se levanta en la mañana, le pone fin echándole un par de huevitos al cuerpo, unas frutillas, una avenita, un cafecito y hay quienes hasta mondongo (des-ayuno). En una consulta con Etimologías de Chile, ellos añaden que “el verbo ieiunare (ayunar) nos llega de “ieiunum (vacío de alimentos (...,)”, y de ahí a ayuno, “la forma neutra sustantivada del adjetivo ieiunus, que no ha comido. Desayunar es quitarse lo vacío del estómago”. Hoy por hoy, esto ocurre en la mañana, pero no siempre fue así. Le cuento mañana, y ¡buen provecho en su des-ayuno!
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