La convivencia de cinco generaciones distintas en nuestros espacios de trabajo y de comunidad es una estupenda ocasión para ejercitarnos en el complejo arte de gestionar las diferencias, escribe Alfredo Carrasquillo
La convivencia de cinco generaciones distintas en nuestros espacios de trabajo y de comunidad es una estupenda ocasión para ejercitarnos en el complejo arte de gestionar las diferencias, escribe Alfredo Carrasquillo
A diferencia de otras especies animales, los seres humanos necesitamos encontrarle sentido a nuestra existencia. Es por eso por lo que muchos buscamos inscribirnos en el mundo dejando alguna huella de nuestro paso por la Tierra. Ello explica, también, la importancia que cobra en nuestros días el apego de los trabajadores a un propósito organizacional que los vincule y los entusiasme. En un mundo repleto de incertidumbres, encontrar cosas que nos ayuden a “hacer sentido” resulta útil y tentador. Por eso, seguramente, los horóscopos, las predicciones, las tipologías y las categorías que construyen narrativas y explicaciones para organizarnos en un mundo convulso suelen ser tan consumidas.
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