Ahora comprendemos por qué, desde que se paró frente a los micrófonos, Biden miraba intranquila e insistentemente al cielo. El presidente estaría preocupado, escribe Mayra Montero
Ahora comprendemos por qué, desde que se paró frente a los micrófonos, Biden miraba intranquila e insistentemente al cielo. El presidente estaría preocupado, escribe Mayra Montero
Lo que no saben muchos es que los inmensos generadores que se colocaron detrás del podio en el que iba a hablar Joe Biden eran en realidad especie de casamatas, con sofisticada tecnología antimisiles, porque las cosas en el mundo no están para traer a un presidente de los Estados Unidos y dejarlo a la intemperie en el aeropuerto Mercedita, que es como dejar un merengue en la puerta de un colegio.
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